He vuelto.
Y qué mejor momento par volver que en lo que supone el estreno de la nueva película de la famosa saga galáctica Star Wars.
Los que ya me conocen sabrán la opinión que me merece cualquier obra de J.J Abrams, pero en este caso, voy a intentar ser lo más objetiva posible.
The Force Awakens se presenta como una película para complacer a los fans de Star Wars: aquellos que desde que se anunció que se realizaría una continuación de la saga, hemos estado esperando ansiosos qué podía depararnos esta nueva entrega.
El resultado no es para menos: una cinta completamente a la antigua usanza, utilizando el mínimo de efectos especiales que una película de estas características puede requerir en estos tiempos (nótese la delicada elaboración y el cariño que se ha puesto en los personajes) así como un guión muy semejante del que podimos disfrutar en la cinta "Una Nueva Esperanza". Hay que hacer especial énfasis en la tremenda preparación de los decorados y los diferentes planos (muchos queriendo evocar el recuerdo del espectador), y sobretodo en la impecable banda sonora que nos regala una vez más el brillante John Williams.
Es evidente que se han querido incluir detalles que diferencian el film y que hacen que la línea argumental tenga ciertos altibajos inesperados, pero la tónica general de la película es predecible. Con esto no quiero decir que signifique algo malo, puesto que la mayoría de fans esperábamos el regreso de Star Wars con nostalgia y opino que haber incluído demasiadas narrativas distintas hubiese provocado un efecto contrario: se hubiera disipado el sentimiento de poder disfrutar de nuevo de los personajes de siempre, y del hecho de disfrutar una nueva entrega de Star Wars en la gran pantalla.
Creo que Abrams ha sabido jugar bien sus cartas, y ha intentado mantener el equilibrio entre lo que el público (tan exigente como siempre) ha querido de él. "The Force Awakens" se presenta como un film que "asienta el terreno" sobre el que se empezará a construir toda una historia en las películas posteriores.
A destacar: brillante actuación de Daisy Ridley.
Sobra: demasiadas bromas recurrentes estilo Marvel.